domingo, 25 de marzo de 2012

Cómo pasar una temporada en el Infierno y salir indemne

El infierno, no es un lugar es un estado anímico y existe, está aquí entre nosotros. Es oscuridad, y aunque al principio parece aterradora, hay que tener cuidado, porque cuando terminas de bailar con ella, nunca se queda  totalmente atrás. He bailado con personas oscuras, y tiempo después de haberme liberado, he descubierto que soy capaz de escribir cartas desde el infierno. Desconozco que figuras han despertado en mí. No sé qué puertas se han abierto ni cuántos fantasmas han emergido. Lo único de lo que estoy segura, es de que siempre han existido, sólo han despertado y ya no quieren volver a la caja de donde quizás nunca debieron salir. No hace falta morir para contarte cómo es el infierno. Todo es oscuro y no hay condena, porque siempre existe la opción de huir, la cuestión es si tu plan de evasión es los suficientemente bueno para alejarte de los más oscuros pensamientos. Yo ya he estado varias veces y he conseguido salir, pero mi espíritu ha vuelto desgarrado y aún no he conseguido sanar sus heridas, por lo que de vez en cuando, el infierno vuelve a mí. Me pregunto dónde quedó mi pureza inicial, porque el conocimiento del mal es amargo, y sin yo quererlo, envenena mi espíritu, y aunque intento desaprender, no consigo una cicatriz sana que sea un escudo de luz contra la oscuridad que me rodea. He decidido ser altiva, volverme una princesa inaccesible y recuperar la luz cegadora que solía acompañarme y que nunca debió menguar, voy a acallar todos mis demonios internos para que no me traicionen nunca más. No importa quién envíe sus huestes contra mí, porque he conocido el infierno y he sobrevivido. Mis heridas terminarán de sanar y esta princesa de cuento será una loba sin cepos, con hermosas cicatrices que devorará sin piedad a todo aquel que quiera violentar mi espíritu noble. Nunca más las alimañas serán rivales a mi altura, porque aunque sean sucias, yo siento piedad de ellas aunque yo sea inflexible, soy noble y no recogeré  más el guante. Que vuelvan al infierno, a mí, ya no me alcanzarán, y con total seguridad, esta es la última carta que esta loba salvaje escribe desde la oscuridad.