Me asusta la oscuridad, sobre todo cuando está en medio de la luz. Me preocupa la ceguera emocional, no ver más allá, dejarme la alegría por el camino porque todo está oscuro. No quiero mas oscuridad en mi vida, no es posible la felicidad perpetua, pero no puedo pasar sin una sonrisa diaria. En este momento he decidido que ya no puedo esperarte más, porque tu tiempo ya pasó y aunque sé que vives, también sé que tu destino anda separado del mío. Me ha llegado el momento de echar a volar, de reubicar una nueva ruta en mi mapa emocional, sin concesiones, sin ninguna pretensión, porque he aprendido que tu lugar está en mis sueños, en mi corazón. Por mucho que me empeñe nunca me encontraré contigo. Ya no te aguardo, y eso es liberador, porque mi alma necesita paz para recomponerse y volver a sentir la luz del día. No quiero nunca más vivir cegada de emociones, que mi corazón sienta tanto que no sepa reconocer aquello que le hace latir sin sentido. Permíteme aligerar mi luto, abrir las ventanas y que la luz grabé a fuego tu recuerdo en mi memoria, porque para sentirte, necesito paz. Tengo la necesidad de llevarte una flor a algún sitio imaginario y tú necesitas que te deje ir, porque mi ceguera emocional lo único que consigue es encerrarte en una jaula dorada que no puede contenerte, ni apaciguar mi espíritu apasionado. Adiós, mi pequeño tesoro, eres libre, ya sé donde ubicarte y tú también a mí, esta ceguera emocional tan dolorosa no nos separará nunca más.
