lunes, 19 de mayo de 2014

Y si se durmieran los corazones?


¿Y si se durmieran los corazones? ¿Existe el limbo de la conciencia? ¿Por qué tanta indolencia? a medida que pasa el tiempo, las almas se pulen y se vuelven transparentes y sabias, sin embargo hay otras que acumulan polvo y llega un momento en el que imposible divisar nada a través de ellas. Es el cuerpo el que envejece, no el alma. Entonces, descubres que hay conciencias dormidas, en un sueño oscuro que convierte a las personas en autómatas, y terminan deshumanizadas. No son capaces de apreciar los estímulos de la vida, y esta se les pasa con una rutina terriblemente cómoda y con una indiferencia que hace que los más cercanos se estremezcan. El tiempo pasa, y no regresa, y contemplas como se vuelven arena, una arena fina y escurridiza perdiéndose momentos, sonrisas y emociones únicas y fungibles. No quiero volverme estatua de sal. Hay una naturaleza ahí fuera exuberante y palpitante y no quiero perderme nada. Mis antepasados me guían con un suave suspiro. Sus corazones laten con el mío, y en la noche velan el sueño de mi pequeña lobezna. Hay un millón de realidades en esta, que a veces se queda corta para mis sentidos. Hay algo muy grande que nos trasciende que no podemos dejar escapar. despierta el corazón, abre los ojos y tiende las manos. la vida está ahí fuera esperándote, ¿te la vas perder?

lunes, 21 de abril de 2014

Un gran comienzo se abre camino ...

Tras mucho tiempo de andar entre sombras, por fin diviso un pedazo de cielo eterno y salpicado de estrellas. Mis instintos heridos han sanado y esta loba, antaño acorralada, se ha liberado de numerosos cepos y más salvaje que nunca vagabundea sin mirar atrás, aulla a la luna siempre que tiene ocasión y acuna en su regazo a su pequeña cachorra. He descubierto una fuerza vital, que siempre habitó en mi y que nace de un lugar profundo. Estaba anclado en mi pecho y en mi vientre y me hace sentir más viva que nunca con los sentidos afinados, como hace tiempo que no recuerdo. Ya no tengo miedo a marcar el terreno, mis dominios van más allá, y mis instintos me muestran el camino. Ya no me temo a mi misma, acepto mi naturaleza indómita  y acepto orgullosa mi espíritu lobezno. No puedo, ni quiero ser domesticada. Necesito mi seis sentidos para transitar por la vida. Mi hogar está en el fondo del bosque, entre maleza. Los malos recuerdos ya no me lastran, he vuelto a lo esencial y por fin voy ligera de equipaje. He descubierto que la piel desnuda es hermosa bajo la luna, y tras un paréntesis de letargo arrullo con nanas a mi pequeña cachorra. He vuelto a nacer contigo, ya no he vuelto a sentirme amputada. A pesar de que no todo es hermoso, he aprendido a divisar la luz en la oscuridad. Mi pequeña, mi vida, mi ser entero. Toda mi vida ha sido una sucesión de actos que me han conducido a ti. Que suerte ser la elegida, ser tu puente de bienvenida a este mundo. Luz. Vida que se ha abierto paso a través de mí...